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Trainspotting

♫ Born Slippy – Underworld ♫
Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud, colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos. Elige bricolaje y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver teleconcursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura. Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro. Elige la vida… ¿pero por qué iba yo a querer hacer algo así? Yo elegí no elegir la vida: yo elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?
En mi vida he visto varias veces muchas películas (muchas, muchas veces), pero Trainspotting gana a todas.
Durante el curso 2000/2001 me dio por ponerme esta película a la hora de comer, todas las semanas, a la vuelta del instituto.
Si soy sincero, no recuerdo muy bien por qué. Ni es la película que más me gustaba por aquel entonces (he tenido que mirar fechas para asegurarme de que no era El Señor de los Anillos), ni es que fuera la única película que tenía por casa.
Poco importaba. Una y otra vez volvía a meterla en el DVD (esto queda así mejor como imagen, pero lo cierto es que podían pasar semanas sin que saliera el disco del cacharro). Recordándome ahora, me viene la escena del autoencierro de Renton para pasar el mono.
Podrá no gustarte, o que incluso no la hayas visto, pero raro será que no sepas qué peli es. Raro será si no te viene a la mente alguna imagen al leer o escuchar el nombre.
La música, las drogas, la estética… Un jodido y maravilloso (por momentos grimoso y malrollero) videoclip de 93 minutos.
Como única pega pondría que Santiago Segura hace el doblaje para el papel de Irvine Wells (autor del libro en el que se basa la peli y que hace un cameo [por fortuna ya dejé lo de ver películas dobladas]).






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